“La carrera de teatro fue un gran aporte para Tucumán, no sólo en términos de calidad sino también de cantidad, con producciones de una gran diversidad de estéticas y de poéticas y en los más diversos formatos: salas, espacios al aire libre, intervenciones urbanas, performances”, detalla Ricardo Sobral.
El actual director de la Licenciatura que se dicta en la Facultad de Artes de la UNT está contra reloj para cerrar las actividades que se desarrollarán esta semana, por el festejo de los 30 años de su creación. En un alto, afirma que una cuestión relevante es que en las producciones conviven las formas tradicionales de hacer teatro y las miradas renovadoras y posmodernas.
- ¿La Escuela marcó una impronta en el teatro tucumano?
- Muchos grupos nacidos de ella ostentan una larga trayectoria y marcan tendencias bien sólidas en el medio. También es interesante señalar la integración de jóvenes egresados con otros de un gran oficio en el Elenco Estable de la Provincia, los unos aprendiendo de los otros en relación dialéctica.
- ¿Se está pensando en un cambio curricular?
- Es muy importante que la Escuela “se piense” a sí misma. Los cambios son necesarios, porque los escenarios donde se despliega la producción teatral y la enseñanza del teatro son cambiantes. Los alumnos llegan con nuevas inquietudes, con nuevas miradas que nos interpelan y no es un dato menor. El arte que se produce por dentro de las “academias” debería actualizarse. Nos hemos propuesto avanzar en un Profesorado Universitario de Teatro, como carrera de grado, ya que el título actual, Profesorado en Juegos Teatrales, condiciona la salida laboral de los egresados.
- ¿Qué arroja el balance?
- Es altamente positivo, no lo puedo expresar de otra manera. Se ha crecido de manera sostenida, tanto en lo académico como en la matrícula, la extensión y la investigación. Cada vez más jóvenes eligen el teatro como su medio expresivo y esto “habla” muy bien de la carrera. Se fueron consolidando proyectos que superan la idea de que extensión es sólo dictar cursos abiertos: es una forma de hacer dialogar a la universidad con la sociedad, un camino de ida y vuelta. Se ofrecen distintas obras al público en el ámbito del teatro Groussac, en acciones en los ámbitos urbanos y en intervención comunitaria, porque hacer teatro no es sólo subir a un escenario sino también interactuar en procesos sociales donde ellos mismos se reconocen como ciudadanos. En 2013 iniciamos el programa de radio “Otra boca”; se hizo un piloto de un programa televisivo; se creará el Centro de Documentación para registrar todo el teatro tucumano y un gran sueño es volver a tener el elenco de Teatro de la Universidad.
- ¿Qué le falta a la carrera?
- Mucho. Siempre se intenta mejorar, pero no sistemáticamente. Logramos algo de equipamiento, pero nos falta iluminación, aire acondicionado, etc. Nuestra idea es que se recupere el teatro Paul Groussac (la Grú, como le dicen) como sala del circuito teatral con todas las necesidades cubiertas. Es una asignatura pendiente y un desafío para las nuevas autoridades universitarias.